domingo, 7 de diciembre de 2014

ARGUMENTOS INÚTILES

ARGUMENTOS INÚTILES

Texto Base 2ª Cor.10:1-11
1Yo Pablo os ruego por la mansedumbre y ternura de Cristo, yo que estando presente ciertamente soy humilde entre vosotros, mas ausente soy osado para con vosotros; 2ruego, pues, que cuando esté presente, no tenga que usar de aquella osadía con que estoy dispuesto a proceder resueltamente contra algunos que nos tienen como si anduviésemos según la carne. 3Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; 4porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 5derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, 6y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.
7Miráis las cosas según la apariencia. Si alguno está persuadido en sí mismo que es de Cristo, esto también piense por sí mismo, que como él es de Cristo, así también nosotros somos de Cristo. 8Porque aunque me gloríe algo más todavía de nuestra autoridad, la cual el Señor nos dio para edificación y no para vuestra destrucción, no me avergonzaré; 9para que no parezca como que os quiero amedrentar por cartas. 10Porque a la verdad, dicen, las cartas son duras y fuertes; mas la presencia corporal débil, y la palabra menospreciable. 11Esto tenga en cuenta tal persona, que así como somos en la palabra por cartas, estando ausentes, lo seremos también en hechos, estando presentes.

Introducción

Al observar el epígrafe que encabeza este pasaje en muchas de nuestras Biblias Reina Valera 60, veremos que nos induce a pensar que el Apóstol Pablo está tratando de plantear una apología (defensa) de su ministerio. Debido al conflicto existente entre judíos y gentiles, es decir, aquellas personas que no pertenecían a la familia física de Israel, y que era un problema bastante fuerte que impactaba a la sociedad de la época junto a corrientes “teológicas diversas” como Fariseos, iglesias legalistas, iglesias liberales (como Corinto año 50 dC.), místicos como los esenios, Ortodoxos, gente conservadora como los saduceos que era un grupo poderoso, conformado por la aristocracia laica de la época. Todas ellas manifestaciones nacientes del cristianismo en su etapa primigenia (2º viaje misionero 48-51 dC.). Porque principalmente, se pensaba que el mensaje del evangelio, las buenas nuevas de Dios, eran solo para Israel, excluyendo del todo al resto del mundo conocido de la época. Situación que, podemos observar claramente en pasajes tales como "A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel" (Mateo 10:5-6). Más Pablo, planteaba que este mensaje era de carácter Universal al decir: "Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego" (Romanos 1:16).

A este énfasis que hace el Apóstol Pablo no me quiero referir, tampoco me referiré a los principios de “guerra espiritual” con que se suele estudiar muchas veces este pasaje. Ya que estamos en una maravillosa sección que trata con aquella lucha (la guerra espiritual), que tienen y que han tenido que llevar a cabo los creyentes de todos los tiempos.

Pablo tenía una gran perspectiva del campo de batalla en su totalidad. Había que obtener el cielo, y evitar así, ir al infierno. Y de esa manera es como Pablo actuó.

Sin embargo, deseo poner el acento en “todos aquellos argumentos” tan diversos que se suelen esgrimir dentro de cualquier congregación, con el fin de “Oponerse” a los propósitos y planes de Dios y que hacen tanto daño en las congregaciones ya que tienden a dividir o hacer desaparecer la obra y el avance de las iglesias. Argumentos que no construyen, que no edifican y por tanto, no honran al Señor y menos son de bendición.

Y en este sentido, es necesario recalcar que muchos de los conflictos dentro de las iglesias, ya sea del pastor con algún hermano o hermana, o de algún líder de la iglesia, miembros de ella con otros, se deben generalmente a que cada uno de ellos entiende “a su manera” el evangelio o los asuntos más domésticos de este, y por tal motivo, piensan que por esa razón todos los demás están total y absolutamente equivocados, confundidos y errados, y que con “suerte”, podrían llegar a ser considerados por el Señor para alguna tarea o ministerio y en casos más extremos, que estos pudiesen alcanzar la salvación.

Por tanto, todo tipo de “argumentos”, según este pasaje de “Las Sagradas Escrituras”, se transforma en una “Fortaleza”. Por lo que bien debemos hacernos la pregunta: ¿Cómo podemos derribar este tipo de fortalezas?.

Les invito a considerar este tema a la luz de la Palabra de Dios…

I) Derribando argumentos y toda altivez (v5).

-          Siempre se ha presentado este pasaje como la base de la guerra espiritual, y una guerra espiritual implica que tenemos un enemigo que es espiritual, y un enemigo espiritual requiere armas espirituales.
-          Según 2ª Cor.10:1-11 Las armas espirituales son para destruir fortalezas tales como: argumentos en contra de la Fe verdadera, muestras claras de Altivez y Orgullo, por tanto, desobediencia a las enseñanzas de Cristo.
-          Destrucción de Pecados tales como el ORGULLO, la ALTIVEZ. El sentirse superior a los demás, en donde YO solo tengo la razón y todos los demás están tremendamente equivocados. Pecados que producen tremendas heridas y grandes divisiones dentro de las Iglesias, por lo que se daña gravemente la comunión dentro del cuerpo de Cristo.



II) Usando las armas espirituales
-          Debemos llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, porque   todo pensamiento, todo argumento, todo pacto o doctrina que se establece en pecado, es una fortaleza que se levanta contra nuestra libertad interior.
-          Vivimos en guerra de manera literal en nuestro Cerebro (nuestra cabeza), dormimos mal, pasamos todo el día enojados, no tenemos paz interior, nos agotamos y estresamos, en síntesis, nos enfermamos.
-           Con las armas espirituales, Dios nos da el poder para vencer y renovar nuestros pensamientos, pero debemos someternos al Señorío de Cristo de manera obediente.
El apóstol nos da luces claras de cómo podemos usar estas armas… menciona una estrategia que consta de tres partes:
i)             Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios,
ii)            Llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, y
iii)           Estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.
Efesios 4:17-24 nos declara: "Ya no andéis así como andan también los gentiles. En la vanidad de su mente, entenebrecidos en su entendimiento. Excluidos de la vida de Dios por causa de la ignorancia que hay en ellos. Por la dureza de su corazón; y ellos habiendo llegado a ser insensibles se entregaron a la sensualidad para cometer con avidez toda clase de impurezas. Pero vosotros no habéis aprendido a Cristo de esta manera, si en verdad lo oísteis y habéis sido enseñados en Él. Conforme a la verdad que hay en Jesús, que en cuanto a vuestra anterior manera de vivir, os despojéis del viejo hombre, que se corrompe según los deseos engañosos, y que seáis renovados en el Espíritu de vuestra mente, y os vistáis del nuevo hombre, el cual en la semejanza de Dios, ha sido creado en la justicia y santidad de la verdad" (BdLA).

El apóstol Pablo claramente señala, que la primera parte de este proceso, muchas veces doloroso, consiste en “derribar todo argumento que se levanta contra el conocimiento de Dios”. Esto quiere decir, presentar evidencias claras y contundentes de que las posiciones u objeciones de cualquier persona o grupo dentro de la iglesia local “no están conforme” a la Palabra de Dios, no tienen ni poseen ningún sustento bíblico. De hecho, como creyentes, debemos defender cualquier postura u opinión divergente a la de otro hermano o hermana con una total y absoluta mansedumbre y ternura, “hasta las lágrimas”, de modo que en cada momento se haga énfasis en la pureza doctrinal y en el amor de Dios que nos creó, como si lo hiciésemos para el Señor (Col 3:23).



III) Permitámonos ser Renovados – Conociendo a Dios en intimidad
-          Renovados, transformados (Metanoia). La renovación del "Espíritu de vuestra mente" es un proceso espiritual mediante la obra del Espíritu Santo que opera con "la verdad que es la palabra de Dios que desplaza al viejo hombre para dar lugar al nuevo hombre y hacerlo libre.
-          Pablo insiste en su autoridad como apóstol. Y su propósito era el crecimiento espiritual de ellos, la iglesia, fortaleciéndoles en la fe, y algo bien importante, él no deseaba su destrucción.
-          Gálatas 4:19 nos declara: “Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros…” nos habla de la preocupación que existe en el corazón de Dios por vernos madurar en la fe.
-          Jer 9:13  Dijo Jehová: Porque dejaron mi ley,  la cual di delante de ellos,  y no obedecieron a mi voz,  ni caminaron conforme a ella;
-          Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría,  ni en su valentía se alabe el valiente,  ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme,  que yo soy Jehová,  que hago misericordia,  juicio y justicia en la tierra;  porque estas cosas quiero,  dice Jehová. (Jer 9:23-24).
-          “Conocerme”, quiere decir: Aquel que tiene intimidad con el Señor y quien así le conoce, no podrá presentar argumentos en contra de Cristo y de sus propósitos para nuestras vidas, para ya no ser desobedientes a Dios y a su Palabra, para que haya restauración y sanidad en nuestras vidas y en la Iglesia.
-          Por que todo argumento está en contra de la obediencia a Cristo y éstos solo traen destrucción y división en la iglesia.
-          Aquellos a quienes Dios se manifiesta no pueden hacer otra cosa que vivir para El y consagrarse espontáneamente. Cuando Dios se aparece a una persona, ésta empieza a vivir totalmente para El, Todo argumento es destruido.!!

Conclusión

Dado que la caída del hombre, la desobediencia, el pecado mismo y todo argumento humano han retorcido dramáticamente nuestra existencia física y nuestro ser integral llevándonos a desgastarnos en asuntos que no tienen validez alguna ante Dios. Con nuestra regeneración o nuevo nacimiento, ha de comenzar la verdadera restauración de todo nuestro ser. A esta restauración ha de influir todo lo de buen nombre que alabe a Dios, que exalte a Cristo como Señor y que sea de buen testimonio, esto producirá en nosotros cambios de vida debido a la fidelidad que vayamos teniendo a la Palabra de Dios. Seremos por tanto, santificados por ella, y esto tendrá un efecto en la totalidad de nuestro ser. Isaías 65:20 nos dice que, a medida que todo el mundo llegue a estar bajo el señorío de Cristo nuestro rey, nuestra expectativa de vida será incrementada dramáticamente. Debido a que la santidad y la justicia o rectitud son vida, la vida en Cristo produce cambios en la salud y en la expectativa de vida del hombre, y en el clima (Deut. 28:12), lo que produjo el pecado, maldición y muerte en la naturaleza, se ha de transformar en bendición y vida eterna en cada uno de los que vivan de acuerdo a los preceptos y principios de la Palabra de Dios.


Les bendice.



Sergio Eduardo Contreras Peralta







Comentario de Matthew Henry
Vv. 1—6. Mientras otros tenían en menos al apóstol, y hablaban de él con escarnio, él pensaba y hablaba humildemente de sí. Debemos estar conscientes de nuestros males y pensar humildemente de nosotros, aunque los hombres nos lo reprochen. —La obra del ministerio es una guerra espiritual contra los enemigos espirituales y con objetivos espirituales. El poder exterior no es el método del evangelio, sino las persuasiones sólidas, por el poder de la verdad y la mansedumbre de la sabiduría. La conciencia es responsable de rendir cuentas sólo a Dios; y a la gente se la debe convencer sobre Dios y su deber, sin forzarlos. De este modo, son muy poderosas las armas de nuestra milicia; la evidencia de la verdad es convincente. ¡Qué oposición se hace contra el evangelio, por parte de los poderes del pecado y de Satanás en los corazones de los hombres! Pero véase la victoria que obtiene la palabra de Dios. Los medios señalados, por débiles que puedan parecerles a algunos, serán poderosos por medio de Dios. La predicación de la cruz hecha por hombres de fe y oración siempre ha resultado fatal para la idolatría, la impiedad y la maldad.

Vv. 7—11. Pablo era vil y despreciable a ojos de algunos, en cuanto a su apariencia externa, pero esta era una regla falsa para juzgar. No debemos pensar que nadie, salvo nosotros, pertenece a Cristo. No miremos las cosas por su apariencia externa, como si la falta de tales cosas demostrara que un hombre no es un cristiano real, o un ministro fiel y capaz del humilde Salvador.

Vv. 12—18. Si nos comparáramos con quienes nos superan, eso sería un buen método para mantenernos humildes. El apóstol se establece una buena regla de conducta, a saber, no jactarse de cosas sin su medida, que fue la medida que Dios le asignó a él. No hay fuente de error más fructífera que juzgar a las personas y las opiniones por nuestros propios prejuicios. ¡Qué común es

que las personas juzguen su propio carácter religioso por las opiniones y las máximas del mundo que los rodea! ¡Pero qué diferente es la regla de la palabra de Dios! De todo el halago, el peor es el halago de sí mismo. Por tanto, en vez de alabarnos a nosotros mismos, debemos esforzarnos por ser aprobados por Dios. En una palabra, gloriémonos en el Señor nuestra salvación, y en todas las demás cosas sólo como pruebas de su amor, o como medios de fomentar Su gloria. En lugar de alabarnos nosotros mismos, o de buscar la alabanza de los hombres, deseemos sólo la honra que procede de Dios.

No hay comentarios: