Juan 21 Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Jesús se aparece a siete de sus discípulos
21 Después de esto, Jesús se manifestó otra
vez a sus discípulos junto al mar de Tiberias; y se manifestó de esta manera:
2 Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el
Dídimo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de
sus discípulos.
3 Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le
dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y entraron en una barca; y
aquella noche no pescaron nada.
4 Cuando ya iba amaneciendo, se
presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían que era Jesús.
5 Y les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le
respondieron: No.
6 El les dijo: Echad la red a la derecha de la
barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la
gran cantidad de peces.
7 Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a
Pedro: !!Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa
(porque se había despojado de ella), y se echó al mar.
8 Y los otros discípulos vinieron con la barca,
arrastrando la red de peces, pues no distaban de tierra sino como doscientos
codos (1).
9 Al descender a tierra, vieron brasas puestas, y un
pez encima de ellas, y pan.
10 Jesús les dijo: Traed de los peces que acabáis de
pescar.
11 Subió Simón Pedro, y sacó la red a tierra, llena de
grandes peces, ciento cincuenta y tres; y aun siendo tantos, la red no se
rompió.
12 Les dijo Jesús: Venid, comed. Y ninguno de los
discípulos se atrevía a preguntarle: ¿Tú, quién eres? sabiendo que era el
Señor.
13 Vino, pues, Jesús, y tomó el pan y les dio, y
asimismo del pescado.
14 Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba
a sus discípulos, después de haber resucitado de los muertos.
(1) 200 Codos = 90 metros; 1 codo =
0,45cm N.T.
Introducción
Si un hombre esta en Cristo, se opera una
"nueva creación". Con Cristo se ha abierto una nueva etapa en la
historia de la humanidad ya que Cristo no puede ser una divinidad disfrazada de
hombre ni tampoco uno de nosotros. Según el Evangelio de Juan él es la deidad
hecha carne y por medio de él, los hombres pueden entrar en una filiación con
Dios. Pueden tener esa íntima unidad con Dios y pueden hacer las obras de
Cristo e incluso superarlas. Pueden conocer al Padre y el Padre los amará. Todo
esto a partir de este evangelio.
Entonces, cada experiencia de la
vida de Jesucristo nos enseñará algo para nuestra vida cotidiana. El mismo
Jesús que invitó a diferentes personas a seguirle en el camino de Dios, es el
que hoy nos invita a nosotros a seguir su ejemplo. Por lo que verdaderamente
podemos afirmar que el Señor es el mismo ayer, hoy y siempre.
Las distintas apariciones de
nuestro Señor descritas en este y tantos otros pasajes, constituyen una parte
muy interesante de la historia cristiana. En algunos de estos relatos, ya sea
de Juan o de Lucas, los evangelios nos cuentan que Jesús buscando a sus
discípulos los llama y les invita a seguirle, pero para impartir en ellos un
desafío, para ver cosas aun mayores de las que hasta ese momento ellos habían
conocido. Y es que en Dios siempre iremos de asombro en asombro, porque El cada
día hace cosas nuevas.
Les invito a considerar ¿A qué
nos desafía el Señor?.
I.- Nos desafía a creer en un Cristo Verdaderamente
Resucitado.
a) La primera gran razón
para que se añadiera este capítulo al evangelio de Juan, fue para demostrar de
una vez y para siempre la realidad de la Resurrección de Jesús.
b) Habían muchos que decían que
las apariciones del Cristo resucitado no eran más que visiones que tuvieron los
discípulos, eso se llama escepticismo. Conoceréis la verdad y esta os hará
libres, eso fue lo que paso con el Señor, él verdaderamente resucito de entre
los muertos para que se cumpliese la Palabra de Dios (Salmo 16:9-10; Job
19:25-27).
c) ¡Fue Jesús, quien había
conquistado al poder de la muerte y había vuelto vencedor!. Su poder fue
manifestado para beneficio nuestro, de la iglesia y de todos los creyentes. El Señor tiene poder en el cielo y en la
tierra y sólo quien tiene todo este poder posee el auténtico poder, el poder
salvador. Sin el cielo, el poder terreno queda siempre nulo, ambiguo y por
consecuencia, frágil. Sólo el poder que se pone bajo el criterio y el juicio y
la cobertura del cielo, es decir, de Dios, puede ser un poder para el bien. Y
sólo el poder que está bajo la bendición de Dios puede ser digno de confianza.
II.- Nos desafía a dejar lo que éramos y
experimentar su poder.
a) Notemos,
hasta donde llegaba la pobreza de los discípulos. Ellos tenían que trabajar con
sus propias manos para atender sus necesidades temporales, y eso en uno de los
oficios más humildes, el de pescador. Por lo que podemos afirmar que “Dios
tiene un tiempo para las multitudes, pero tiene también un tiempo especial en
su calendario divino para ti. Para darte todo lo que tú más necesitas”.
b) Por lo
que somos, muchas veces tomamos decisiones apresuradas, como “el voy a pescar
de Pedro”(v3). Esto nos enseña que cuando hacemos algo y no pedimos la
dirección del Señor, aquello que emprendemos tiene altas probabilidades de
terminar en un rotundo fracaso. Si Dios está en lo que emprendemos, sabemos que
será de bendición.
c) Los
discípulos estaban sumidos en el cansancio y la frustración: “aquella noche
no pescaron nada” (v3b). en un pasaje paralelo en Lucas 5:5 dice algo mejor
aun: “Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado”,
pero agrega algo extraordinariamente importante, dice: “Mas en tu palabra
echaré la red…”.
d) El Señor es respetuoso de
nuestro libre albedrío, y nos deja ser y hacer conforme a nuestros esfuerzos.
Pero como él también nos entiende, porque nos ama, pregunta: Hijitos, ¿tenéis
algo de comer?, ¿Necesitan algo?, él sabe perfectamente lo que necesitamos
antes de que se lo pidamos. Dios tiene la solución para todos nuestros
problemas, antes de que recurramos a él. Por tanto, no es de suponerse por un
solo instante que nuestro Señor no supiera si sus discípulos tenían algo que
comer o no. Es muy lógico que él hizo la pregunta para atraer su atención y así
empezar una conversación, la cual abriría su corazón y su mente. El contexto
nos indica que dicha pregunta se refería principalmente al éxito que los
discípulos habrían tenido en la pesca.
e) Por eso nos invita, nos
desafía a hacer cosas que van muchas veces en contra de la corriente, en contra
de lo normal. ¡Nadie pesca de día!, en ninguna parte del mundo se pesca de día
hermanos. Los discípulos estuvieron toda la noche y nada pescaron. Más Jesús
les dice: “Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis” (v6a). Es
así como se asumen los desafíos que Dios nos plantea: “En Tú Palabra Señor (nos
apoyaremos), echaremos la red”.
f) Cuando dejamos
nuestras limitaciones a un lado, cuando confiamos en el poder de Dios, somos
bendecidos. Porque es en nuestra debilidad en donde el Poder de Dios se
perfecciona en nosotros. Tu debilidad: es tu oportunidad para ver el poder
de Dios (2ª Cor.12:9).
III.- Es así como Dios nos sorprende (v6b)
a) Lucas 5:6 declara “Y
habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se
rompía”. Cuando hagas lo que Dios te dice que debes hacer, y cómo lo tienes que
hacer, entonces los cielos serán abiertos y verás la bendición, verás la gloria
de Dios. Juan 1:51 nos declara: “Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De
aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y
descienden sobre el Hijo del Hombre”. [Obs.: Tipo de Déjà vu (en
francés ‘ya visto’) o paramnesia es la experiencia de sentir que se ha sido
testigo o se ha experimentado previamente una situación nueva – Lc.5:6 vs
Jn.21:6 inicio y final del ministerio de JC.].
b) Los imposibles no existen para
Dios que ha creado todo lo que hay en el Universo.
c) Hermanas y hermanos, que
no tengamos que ver su poder para extasiarnos, asombrarnos, maravillarnos de
las cosas que puede hacer el Señor. Nuestra fe debe estar puesta en Él y debe
ser a prueba de todo. Que no tengamos necesidad de ver las manifestaciones de
su poder para creer en Dios. Ya la Palabra del Señor nos invita y nos desafía,
diciendo: “Bienaventurados los que no vieron y creyeron” (Juan 20:29).
d) Luego de bajar a tierra,
llevando consigo la pesca. El Señor esperaba a estos hombres cansados y
hambrientos, con el fuego, las brazas listas, un pez encima de estas y el
pan, ese pan nuestro que nunca ha de faltar, porque es promesa del Señor (v11).
e) En consecuencia, es el
mismo Señor quien les invita a comer… el pan y el pescado más exquisito
de la historia, este fue el almuerzo más lleno de significado y sentimientos de
amor hacia sus hijos y que nos recuerda la provisión, el maná, la mesa del
Señor, la Santa Cena.
IV.- La invitación es para todo el mundo.
a) Las Sagradas Escrituras
dicen que Subió Simón Pedro, y sacó la red a tierra, llena de grandes peces,
ciento cincuenta y tres; y aun siendo tantos, la red no se rompió. Juan algo
nos quiere decir con esto…
b) Se ha sugerido que se contaron
los peces sencillamente porque había que repartir la pesca entre los que habían
participado en ella; y se menciona el número 153 por lo extraordinariamente
grande que fue. Pero, cuando recordamos la forma que tiene Juan de sugerir
sentidos velados para que los descubran los que tienen interés, podemos suponer
que aquí hay algo más de lo que aparece en la superficie.
c) Lo más obvio es pensar
que ese número refleja el hecho de que algún día todas las personas de todas
las naciones se reunirán en Jesucristo en una sola red, la iglesia del Señor. Y
en la Red hay sitio en ella para todas las naciones (etnias).
Conclusión:
Venir al Señor es aceptar lo que él desea darnos
por gracia, es aceptar también los desafíos que la vida cristiana implica para
ver cosas maravillosas que estando fuera, no las recibiríamos y menos veríamos.
Venir a Cristo es deponer actitudes, personalismos y poner todo nuestro ser,
nuestros dones y trabajo en las manos del Señor. La provisión está asegurada,
el éxito siempre será con números azules. Dios les bendice, AMÉN.
Les Bendice...!!
Sergio Eduardo Contreras Peralta
e-mail: sergiotorys@gmail.com
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