martes, 16 de abril de 2013

Cansados y Frustrados



Juan 21  Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Jesús se aparece a siete de sus discípulos
21  Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos junto al mar de Tiberias; y se manifestó de esta manera:
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Dídimo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos.
Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada.
Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían que era Jesús.
Y les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No.
El les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces.
Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: !!Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar.
Y los otros discípulos vinieron con la barca, arrastrando la red de peces, pues no distaban de tierra sino como doscientos codos (1).
Al descender a tierra, vieron brasas puestas, y un pez encima de ellas, y pan.
10 Jesús les dijo: Traed de los peces que acabáis de pescar.
11 Subió Simón Pedro, y sacó la red a tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres; y aun siendo tantos, la red no se rompió.
12 Les dijo Jesús: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: ¿Tú, quién eres? sabiendo que era el Señor.
13 Vino, pues, Jesús, y tomó el pan y les dio, y asimismo del pescado.
14 Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos, después de haber resucitado de los muertos.

(1) 200 Codos = 90 metros;   1 codo = 0,45cm N.T.
Introducción
Si un hombre esta en Cristo, se opera una "nueva creación". Con Cristo se ha abierto una nueva etapa en la historia de la humanidad ya que Cristo no puede ser una divinidad disfrazada de hombre ni tampoco uno de nosotros. Según el Evangelio de Juan él es la deidad hecha carne y por medio de él, los hombres pueden entrar en una filiación con Dios. Pueden tener esa íntima unidad con Dios y pueden hacer las obras de Cristo e incluso superarlas. Pueden conocer al Padre y el Padre los amará. Todo esto a partir de este evangelio.
Entonces, cada experiencia de la vida de Jesucristo nos enseñará algo para nuestra vida cotidiana. El mismo Jesús que invitó a diferentes personas a seguirle en el camino de Dios, es el que hoy nos invita a nosotros a seguir su ejemplo. Por lo que verdaderamente podemos afirmar que el Señor es el mismo ayer, hoy y siempre.
Las distintas apariciones de nuestro Señor descritas en este y tantos otros pasajes, constituyen una parte muy interesante de la historia cristiana. En algunos de estos relatos, ya sea de Juan o de Lucas, los evangelios nos cuentan que Jesús buscando a sus discípulos los llama y les invita a seguirle, pero para impartir en ellos un desafío, para ver cosas aun mayores de las que hasta ese momento ellos habían conocido. Y es que en Dios siempre iremos de asombro en asombro, porque El cada día hace cosas nuevas.
Les invito a considerar ¿A qué nos desafía el Señor?.

I.- Nos desafía a creer en un Cristo Verdaderamente Resucitado.
a)     La primera gran razón para que se añadiera este capítulo al evangelio de Juan, fue para demostrar de una vez y para siempre la realidad de la Resurrección de Jesús.
b)    Habían muchos que decían que las apariciones del Cristo resucitado no eran más que visiones que tuvieron los discípulos, eso se llama escepticismo. Conoceréis la verdad y esta os hará libres, eso fue lo que paso con el Señor, él verdaderamente resucito de entre los muertos para que se cumpliese la Palabra de Dios (Salmo 16:9-10; Job 19:25-27).
c)     ¡Fue Jesús, quien había conquistado al poder de la muerte y había vuelto vencedor!. Su poder fue manifestado para beneficio nuestro, de la iglesia y de todos los creyentes. El Señor tiene poder en el cielo y en la tierra y sólo quien tiene todo este poder posee el auténtico poder, el poder salvador. Sin el cielo, el poder terreno queda siempre nulo, ambiguo y por consecuencia, frágil. Sólo el poder que se pone bajo el criterio y el juicio y la cobertura del cielo, es decir, de Dios, puede ser un poder para el bien. Y sólo el poder que está bajo la bendición de Dios puede ser digno de confianza. 

II.- Nos desafía a dejar lo que éramos y experimentar su poder. 
a)     Notemos, hasta donde llegaba la pobreza de los discípulos. Ellos tenían que trabajar con sus propias manos para atender sus necesidades temporales, y eso en uno de los oficios más humildes, el de pescador. Por lo que podemos afirmar que “Dios tiene un tiempo para las multitudes, pero tiene también un tiempo especial en su calendario divino para ti. Para darte todo lo que tú más necesitas”.
b)    Por lo que somos, muchas veces tomamos decisiones apresuradas, como “el voy a pescar de Pedro”(v3). Esto nos enseña que cuando hacemos algo y no pedimos la dirección del Señor, aquello que emprendemos tiene altas probabilidades de terminar en un rotundo fracaso. Si Dios está en lo que emprendemos, sabemos que será de bendición.
c)     Los discípulos estaban sumidos en el cansancio y la frustración: “aquella noche no pescaron nada” (v3b). en un pasaje paralelo en Lucas 5:5 dice algo mejor aun: “Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado”, pero agrega algo extraordinariamente importante, dice: “Mas en tu palabra echaré la red…”.
d)    El Señor es respetuoso de nuestro libre albedrío, y nos deja ser y hacer conforme a nuestros esfuerzos. Pero como él también nos entiende, porque nos ama, pregunta: Hijitos, ¿tenéis algo de comer?, ¿Necesitan algo?, él sabe perfectamente lo que necesitamos antes de que se lo pidamos. Dios tiene la solución para todos nuestros problemas, antes de que recurramos a él. Por tanto, no es de suponerse por un solo instante que nuestro Señor no supiera si sus discípulos tenían algo que comer o no. Es muy lógico que él hizo la pregunta para atraer su atención y así empezar una conversación, la cual abriría su corazón y su mente. El contexto nos indica que dicha pregunta se refería principalmente al éxito que los discípulos habrían tenido en la pesca.
e)     Por eso nos invita, nos desafía a hacer cosas que van muchas veces en contra de la corriente, en contra de lo normal. ¡Nadie pesca de día!, en ninguna parte del mundo se pesca de día hermanos. Los discípulos estuvieron toda la noche y nada pescaron. Más Jesús les dice: “Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis” (v6a). Es así como se asumen los desafíos que Dios nos plantea: “En Tú Palabra Señor (nos apoyaremos), echaremos la red”.
f)      Cuando dejamos nuestras limitaciones a un lado, cuando confiamos en el poder de Dios, somos bendecidos. Porque es en nuestra debilidad en donde el Poder de Dios se perfecciona en nosotros. Tu debilidad: es tu oportunidad para ver el poder de Dios (2ª Cor.12:9).

III.- Es así como Dios nos sorprende (v6b)
a)     Lucas 5:6 declara “Y habiéndolo hecho,  encerraron gran cantidad de peces,  y su red se rompía”. Cuando hagas lo que Dios te dice que debes hacer, y cómo lo tienes que hacer, entonces los cielos serán abiertos y verás la bendición, verás la gloria de Dios. Juan 1:51 nos declara: “Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre”. [Obs.: Tipo de Déjà vu (en francés ‘ya visto’) o paramnesia es la experiencia de sentir que se ha sido testigo o se ha experimentado previamente una situación nueva – Lc.5:6 vs Jn.21:6 inicio y final del ministerio de JC.].
b)    Los imposibles no existen para Dios que ha creado todo lo que hay en el Universo.
c)     Hermanas y hermanos, que no tengamos que ver su poder para extasiarnos, asombrarnos, maravillarnos de las cosas que puede hacer el Señor. Nuestra fe debe estar puesta en Él y debe ser a prueba de todo. Que no tengamos necesidad de ver las manifestaciones de su poder para creer en Dios. Ya la Palabra del Señor nos invita y nos desafía, diciendo: “Bienaventurados los que no vieron y creyeron” (Juan 20:29).
d)    Luego de bajar a tierra, llevando consigo la pesca. El Señor esperaba a estos hombres cansados y hambrientos, con el fuego, las brazas listas, un pez encima de estas y el pan, ese pan nuestro que nunca ha de faltar, porque es promesa del Señor (v11).
e)     En consecuencia, es el mismo Señor quien les invita a comer… el pan y el pescado más exquisito de la historia, este fue el almuerzo más lleno de significado y sentimientos de amor hacia sus hijos y que nos recuerda la provisión, el maná, la mesa del Señor, la Santa Cena.

IV.- La invitación es para todo el mundo.
a)     Las Sagradas Escrituras dicen que Subió Simón Pedro, y sacó la red a tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres; y aun siendo tantos, la red no se rompió. Juan algo nos quiere decir con esto…
b)    Se ha sugerido que se contaron los peces sencillamente porque había que repartir la pesca entre los que habían participado en ella; y se menciona el número 153 por lo extraordinariamente grande que fue. Pero, cuando recordamos la forma que tiene Juan de sugerir sentidos velados para que los descubran los que tienen interés, podemos suponer que aquí hay algo más de lo que aparece en la superficie.
c)     Lo más obvio es pensar que ese número refleja el hecho de que algún día todas las personas de todas las naciones se reunirán en Jesucristo en una sola red, la iglesia del Señor. Y en la Red hay sitio en ella para todas las naciones (etnias).

Conclusión:
Venir al Señor es aceptar lo que él desea darnos por gracia, es aceptar también los desafíos que la vida cristiana implica para ver cosas maravillosas que estando fuera, no las recibiríamos y menos veríamos. Venir a Cristo es deponer actitudes, personalismos y poner todo nuestro ser, nuestros dones y trabajo en las manos del Señor. La provisión está asegurada, el éxito siempre será con números azules. Dios les bendice, AMÉN.


 Les Bendice...!!


Sergio Eduardo Contreras Peralta
e-mail: sergiotorys@gmail.com

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