jueves, 13 de diciembre de 2007

SEGUIDORES DE CRISTO

Marcos 2:13-17
13 Jesús salió otra vez junto al mar, y toda la gente venía a él, y él les enseñaba. 14 Y pasando, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado en el lugar de los tributos públicos, y le dijo: “Sígueme.” Y levantándose, le siguió. 15 Sucedió que, estando Jesús sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores estaban también sentados a la mesa con Jesús y sus discípulos, porque eran muchos y le habían seguido. 16 Y cuando los escribas de los fariseos le vieron comer con los pecadores y publicanos, decían a sus discípulos:
— ¿Por qué come con los publicanos y pecadores? 17 Al oírlo, Jesús les dijo:
— Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos. No he venido para llamar a justos, sino a pecadores. (Versión Reina Valera 60 Actualizada).
Sígueme y verás
El Señor le dice a Leví, sígueme... ¿que significa sígueme?, Cuando el Señor habla, es para que él sea escuchado, pero no siempre ha sido obedecido. Anteponemos a esta invitación todo tipo de objeciones, queriendo tal vez dejar todo para mañana. Así es, nos decimos inconscientemente: Mañana procuraré ser mejor, mañana arreglaré ese aspecto de mi vida que me incomoda, mañana mejor lo dejo para mañana. En el caso del llamado que Jesús hizo a sus discípulos, la Escritura nos menciona que él no hizo nada antes de pasar cuarenta días y cuarenta noches en ayuno y oración. Por tanto, cuando Jesús vio a quienes habrían de ser sus discípulos, él sabía perfectamente que esa persona no solo estaba apta, sino que además estaba dispuesta para ser usada por Dios, pues su Padre celestial ya se lo había revelado en la intimidad.
Cuando Jesús nos llama es para que sucedan cambios y acontecimientos maravillosos en nuestras vidas y que solo pueden ser realizados por él. Cuando Jesús le dijo a Leví “sígueme”, literalmente le estaba diciendo:
- Ven y camina a mi lado
- Para que te conviertas de una vez
- Para que tu vida cambie
- Para que dejes tu vieja manera de vivir y de ver la vida
- Para que seas una señal y un presagio para esta generación
- Para que seas pastoreado por Jehová Rafa, tu sanador, por Jehová Jihré, tu Proveedor, por Jehová Rohé, tu Pastor.
¡No hay nada mejor que caminar junto a Jesús¡, cuando así lo hacemos, Dios estará al control de toda situación y los gigantes con los cuales muchas veces debemos enfrentarnos, estos, no nos podrán derrotar porque hemos creído en el Hijo del Dios Todopoderoso, en quién y por el cual hemos obtenido la identidad de hijo, por medio de Jesús nuestro Rey y Señor, nuestro Salvador. Por lo tanto, Dios el Padre, es quien afirmará y confirmará nuestra identidad. Como afirma el Pr. Guillermo Maldonado (Iglesia El Rey Jesús Miami): “Cuando comprendemos que él es nuestro Padre, que él nos ama y que somos sus hijos.”
Cuando Cristo se bautizo en el Jordán, Dios el Padre dijo "Este es mi hijo amado en el cual tengo complacencia"(Mt.3:17), luego Cristo fue al desierto donde fue tentado 40 días y 40 noches, por tanto, nuestro Señor Jesucristo, antes de ir al desierto fue afirmado por el Padre en su identidad. Un cristiano si comprende esto, ya no puede existir en él ningún sentimiento de competencia con otros hermanos. La envidia, los celos ya no existirán, si la hay, es porque esa persona no ha entendido ¿cuál es su identidad?, y por tal motivo, vive en una total y absoluta inseguridad.
Si dudas, es que no tienes identidad de hijo, vienes a ser un bastardo delante de Dios. Porque no se te ha revelado la paternidad de Dios en tu vida y eso produce temor e inseguridad (1ª Juan 4:18). Solo el padre puede darte la identidad de hijo. Cristo supo que era hijo de Dios por fe, el creyó por fe que El era hijo y por esa razón pudo pasar por el desierto. Muchos de nosotros pasamos por nuestro desierto, pero la capacidad de poder salir de ahí estará dada por nuestra identidad de hijo. Satanás le dijo a Jesús en el desierto: “Si eres hijo de Dios, haz tal cosa...”, es decir, trató de atacar primeramente su identidad. Si entendemos que cuando fuimos llamados para seguir al Señor, fuimos comprados a precio de sangre, fuimos redimidos por el Padre por medio de su hijo, por lo cual tenemos una herencia en los cielos, porque solo los hijos reciben herencia. Un cambio se gestó en nuestro ser.
¿Por qué necesitamos cambiar para poder seguir a Jesús?, la Biblia en Romanos 3:23 nos declara: "Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios", es decir, hubo un instante en que nuestra naturaleza se corrompió, nos desviamos del propósito perfecto de Dios. El hombre fue creado para tener comunión con Dios, pero debido a su terca voluntad egoísta, escogió su propio camino y su relación con Dios se interrumpió. Esta condición en la Biblia se denomina pecado. Por tal motivo la humanidad necesitó de un redentor, de alguien que pagara por nuestras culpas, nuestros pecados y ese fue Jesús, el hijo de Dios. Cuyas enseñanzas nos llevan, nos conducen a Dios y nos revelan y confirman a Jesús como el Mesías, el único camino que Dios ha determinado para restablecer esta relación y reconciliarnos con nuestro Creador y Padre Celestial (Juan 1:12-13; 3:16; 14:6). Desde este momento Jesús vino a ser nuestro modelo, mediante el cual, nuestro anhelo de vida debe ser el parecernos a él, en carácter, en conducta, para el cual debemos estar dispuestos con todo nuestro corazón, a experimentar el cambio de vida, para que ejerza sobre nosotros su voluntad, con el fin de que vivamos este proceso el cual se conoce con el nombre de metanoia, que no es otra cosa que dejar nuestra pasada manera de vivir, para que ya no seamos nosotros, sino que Cristo viva en nosotros su vida. (Gálatas 2:20, 2ª Cor. 5:17).
Metanoia (del griego μετανοῖεν, metanoien, para cambiar una mente) es un enunciado retórico utilizado para retractarse de alguna afirmación realizada, y corregirla para comentarla de mejor manera. - "Explicación semiótica del concepto Metanoia: La palabra Metanoia es un vocablo griego que no tiene equivalente en español. Su etimología nos lleva a una interpretación simultánea con otros vocablos griegos como catarsis y homonimia. Aunque no se contienen entre sí, tienen significantes dirigidos a procesos interiores asociados interactivamente y recursivos desde adentro hacia afuera. Catarsis significa limpieza, purificación, expiación, sacrificio expiatorio; Homonimia: conformidad de sentimientos, concordia, unión de los corazones o consenso desde los corazones, unanimidad; Metanoia: Cambio de opinión, arrepentimiento o remordimiento, alumbramiento, resurrección, transformación. Los tres vocablos nos hablan de procesos activos interiores, producidos por estímulos de alguna suerte de entorno; es decir , como si fuesen respuestas a situaciones que se incorporan para producir realimentaciones en situaciones de compromisos existenciales, donde la propia identidad se ve sometida a crisis que desencadenan las acciones motivacionales. De los tres vocablos, el que realiza la síntesis subsumiendo los contenidos de los otros dos, es el de Metanoia. Su contenido etimológico de cambio de opinión, implica los procesos previos de purificación y expiación llevándolos a una nueva situación de claridad, es decir que se parte de alguna perplejidad o culpa movilizadora que lleva a una comprensión desde el corazón, de dichos estados haciendo a estos irreversibles..." Extraído de Macrometanoia de Antonia Nemeth-Baumgartner. – fuente Wikipedia.
El proceso de conversión, la transformación de un individuo de pecador perdido en hijo de Dios, es imposible a no ser por la Palabra de Dios. En Romanos 15:4 se nos dice que las cosas que se han escrito antes, fueron escritas para nuestra enseñanza, para que por medio de la paciencia y la consolación tengamos esperanza. En la Biblia descubrimos el plan de salvación que Dios ha dispuesto por medio de su Hijo Jesucristo, por tanto, las Sagradas Escrituras nos revelan a Cristo y este plan de redención de Dios el Padre, con el fin de que los hombres de todas las edades puedan cambiar. Su mensaje va dirigido tanto al ser humano más importante como al insignificante, al rico como al pobre, al educado como al ignorante.
¡Usted debe ver que en Cristo hay perdón para sus pecados, y capacidad para vivir una vida que agrada a Dios!.
Frutos de cambios en la vida
En un periódico Canadiense llamado El Clarín(*), se afirmó alguna vez en lo relativo a la dirección que deben ejercer los padres sobre sus hijos, diciendo que los padres han fallado al no ejemplificar la fe que está siendo enseñada o que ellos dicen estar viviendo. Extiende esto a toda la comunión de los santos y habla de "el resultado de un fracaso de todos nosotros como comunidad de creyentes de no saber ejemplificar efectivamente un estilo Cristiano de vida", y esto resulta categórico y catastrófico a la vez, ya que tal parece que Satanás se ha deleitado engañando a muchos cristianos haciéndoles sentir que están haciendo muy bien las cosas, pero todo lo contrario, lo han hecho muy mal y el resultado se puede apreciar en los hijos de esas personas, los cuales se han alejado de las enseñanzas del evangelio y han renegado de principios sólidos de la vida cristiana, de tradiciones y exigencias que el hombre ha tratado de imponer en lo relativo a su relación con el Creador. Esta situación en la relación padres e hijos, no representa para nada lo que Dios quiere de nosotros, a tal punto que religiosamente se ha llegado a basar toda expectativa en los formalismos y en doctrinas (enseñanzas) legalistas o costumbres fariseas, como si estas fuesen la forma correcta de vivir y llevar a cabo un proyecto de vida “pseudo cristiano”, enajenado totalmente de los verdaderos principios bíblicos de vida y cuya base primordial son el amor y el respeto a nuestro prójimo, a nuestras(os) esposa(os) e hijos. Esto nos debe hacer reflexionar, puesto que el legado que debemos dejar a las futuras generaciones, si el Señor no viene antes, es presentar y dejar a Cristo en el corazón de las personas, pero de ningún modo una religión o un conjunto de normas, es decir, legalismo en el más profundo de los conceptos.
Todo lo que Dios quiere colocar dentro de cada persona es aquello que le ayuda a salir de cualquier estado de castración espiritual, eso es lo que hace la religión, ésta anula al creyente dándole más cargas de las que puedes soportar encadenándolo a rudimentos humanos muy enajenados de los propósitos del Señor.
Dice el Profeta Jeremías al respecto: 4 ¡Oíd la palabra de Jehovah, oh casa de Jacob y todas las familias de la casa de Israel! 5 Así ha dicho Jehovah: “¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres, para que se hayan alejado de mí y se hayan ido tras la vanidad, haciéndose vanos ellos mismos? 6 No dijeron: ‘¿Dónde está Jehovah, que nos hizo subir de la tierra de Egipto y nos condujo por el desierto, por una tierra árida y de hoyos, por una tierra reseca y de densa oscuridad, por una tierra por la cual ningún hombre ha pasado, ni habitó allí hombre alguno?’ 7 Yo os introduje en una tierra fértil, para que comierais de su fruto y de lo bueno de ella. Pero cuando entrasteis, contaminasteis mi tierra y convertisteis mi heredad en abominación. 8 Los sacerdotes no dijeron: ‘¿Dónde está Jehovah?’ Los que se ocupaban de la ley no me conocieron. Los pastores se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaron en nombre de Baal y anduvieron tras lo que no aprovecha. (Jeremías 2:4-8 – V. R.V. Actualizada).
Por años se nos ha enseñado que miremos este problema "en el contexto más amplio del clima espiritual en nuestras iglesias", pero no hay que ser demasiado ciegos para ver justamente en dicho lugar, la Ekklesia, en medio de la reunión de los apartados (para Dios), expresiones muy alejadas del verdadero sentir que debe haber en todo creyente. En medio de ellas solemos apreciar lamentablemente: envidias, celos, contiendas, traiciones, y que decir de violencia, en todas sus formas, dentro de la familia. Porque el mismo hermano que levanta las manos para decir ¡gloria Dios, aleluya!, hablar en ciertas lenguas, luego llega a su casa y se olvida de todo aquello, siendo capaz hasta de agredir, de ofender a su esposa o a sus hijos - ¡como si Dios no existiera¡. Pero esto no termina ahí, tienen el descaro de decirle a medio mundo que el culto estuvo muy hermoso y que vieron “la gloria de Dios”, más esa “supuesta” presencia del altísimo no la llevan a casa, sino, esta presencia de Dios, marcaría la diferencia, sería notoria.
Muy amados, esto es cualquier cosa, menos la gloria de Dios. Cuando se produzca un verdadero despertar de lo espiritual, un avivamiento, y la iglesia vea la verdadera Gloria de Dios, que vaya que la queremos y no solo eso, la necesitamos, los borrachos dejaran el alcohol, los drogadictos entrarán buscando redención, el amor y la koinonía fluirá por las venas de todo creyente, habrá perdón, sanidad interior, liberación y milagros, en síntesis, CAMBIO DE VIDA (Metanoia - Ver El Avivamiento de Gales por Fernando Sosa de México). Porque donde está el verdadero Espíritu de Dios se ven cosas extraordinarias.
Ahora me dirijo a los pastores, ¿cuál es la motivación de anhelar un avivamiento?, ¿Qué nos lleva a decirles a los hermanos, vamos vengan al culto, no falten? – como diciendo: “sólo en este lugar está la presencia del Señor”, como si en otro sitio ésta no estuviese, en nuestro trabajo, en el automóvil, en el metro, en la playa o donde nos encontremos. Esto llega a tal punto que se niega inconscientemente, eso espero, la Omnipresencia de Dios (Presencia en todas partes a la vez; ubicuidad). Pareciera que el deseo de este tipo de “siervos de no se que señor” es solo ver gente y más gente con el fin de ver como se incrementan las ofrendas y los diezmos dentro de las iglesias, porque la contrapartida de esto, a la hora de ir a visitar a un enfermo, no van. A la hora de averiguar ¿por qué tal o cual hermano(a) no está asistiendo?, no lo hacen, no le llaman, no les interesa en lo mas mínimo. Como si el mandato de apacentar a las ovejas del Señor solo estuviese restringido solo para los que asisten al templo, nada más. Nos hablan de avivamiento, de no perdernos las reuniones, ¿para qué?, para así poder tener más recursos con el fin de poder cambiar el vehículo del año pasado por un 4x4 del año o por una Van. Y lo que resulta más terrible, es que viven solicitando ofrendas misioneras con el fin de “enviar” a algún obrero, pero finalmente le entregan solo una pequeña parte de lo recaudado con ese fin. Perdonen, pero debemos cuidarnos de los fabricantes de avivamientos, que lo único que desean es profitar de los recursos de los hermanos, estos más pequeñitos de los cuales el Señor, el verdadero Señor de la Biblia, nos mandó a apacentar a alimentar, pero jamás a trasquilar. (adjunto comentario desde biblioteca digital e-sword: Fil 3:2 - Los cristianos sinceros se regocijan en Cristo Jesús. El profeta Isaías los trata de perros mudos a los falsos profetas, Is.10, a lo cual parece referirse el apóstol. Perros por su malicia contra los fieles profesantes del evangelio de Cristo, que les ladran y los muerden. Imponen las obras humanas oponiéndolas a la fe de Cristo, pero Pablo los llama hacedores de iniquidad. Los trata de mutiladores, porque rasgan la Iglesia de Cristo y la despedazan. La obra de la religión no tiene propósito alguno si el corazón no está en ella; debemos adorar a Dios con la fuerza y la gracia del Espíritu divino. Ellos se regocijan en Cristo Jesús, no solo en el deleite y cumplimiento externo. Nunca nos resguardaremos con demasía de quienes se oponen a la doctrina de la salvación gratuita, o abusan de ella).


El Dr. William Barclay ha dicho: "Una iglesia corre el peligro de morir cuando empieza a alabar su propio pasado, cuando le preocupan más las formas que la vida, cuando se preocupa más de los sistemas que de amar a Jesús, cuando tiene más interés en las cosas materiales que en las espirituales".
No hagamos cosas para impresionar a la gente, No intentemos exhibir y recalcar la reputación que podamos tener. Mas bien reforcemos lo que hacemos, ¡Haciendo que nuestros motivos sean los correctos!. Por toda la Escritura se nos dice que Dios juzga, no las cosas que hacemos, sino el motivo por el que las hacemos.
Tenemos que volver a nuestras raíces, a la esencia del mensaje redentor (Jeremías 2:13; Jeremías 6:16a), y la única forma de hacerlo es andar con Jesús, de seguirle a él para disfrutar de su presencia, levantar un tabernáculo de adoración en nuestras vidas, en medio de nuestro desierto. Así es, como cuando Moisés lo hizo en medio del desierto del Sinaí, ahí donde hacía calor, dónde habían piedras, sequedad y soledad, donde pululaban los escorpiones y las serpientes venenosas, donde no había NADA. Debemos levantar un tabernáculo de adoración a Dios, nuestro Padre Celestial – ahí, en medio de tu desierto y aprender a alabarlo, a quebrantarnos delante de su presencia para que nuestras lágrimas sean recogidas en su redoma. Es ahí donde Dios quiere que levantemos este tabernáculo, porque Dios nos dice: “Quiero que aprendas a depender de mi”. ¡Eso es adoración, es el principio de todo avivamiento!, es gemir como el ciervo, buscando las aguas de vida, ahí en medio de su desierto (Salmo 42), con el fin de ser transformados y así seguir al Señor como fue el llamado que él nos hizo. Si no se produce "ese cambio" en la vida del creyente, éste seguirá siendo tan inseguro con falta de identidad y tan pecador como antes, por lo tanto, debemos pedirle a Dios que se revele a nuestras vidas para comprender con cuánto amor él nos ha amado.
¿Dónde nos equivocamos? – Primero debemos asumir que en verdad nos hemos equivocado, en algún punto, de alguna manera. Si solo pudiéramos poner nuestro dedo en la llaga, quizás el problema podría ser corregido, de manera honesta, franca y abierta, no espiritualizando nuestros errores, con el fin de justificarnos delante de los hombres, ya que delante de Dios, es absolutamente imposible ya que él todo lo ve, todo lo sabe.
Escudriñando las Sagradas Escrituras, constantemente vemos que Jesús se trasladaba de un lado a otro, si bien es cierto su ministerio lo desarrolló principalmente en la región de Galilea, por tal motivo le llamaban – El Galileo. El nos dio muestras inagotables de su afán por visitar a la gente, de mezclarse con la gente y de proclamar las buenas nuevas. Que el mundo conociese al Padre, ya que El deseaba mostrarnos al Padre y por tal motivo su trabajo no era menor. El recorría toda la región incansablemente, dejando tiempo para el reposo, pero luego de haber hecho su trabajo (Marcos 6:30-33). Si nos esforzamos solo un poco y contrastamos este maravilloso ejemplo de Jesús con el actuar de tantos hermanos que hoy ocupan un lugar de eminencia en mas de alguna congregación, “pastores” que solo se dedican a predicar y a vivir una vida religiosa de templo, más no de reino, que viven una vida de claustro, predicando solo a la iglesia, “a los ya convertidos”, y que no trabajan un solo día para ganarse el pan nuestro de cada día, los cuales no trepidan en pedir ofrendas tras ofrendas como si ese fuese el principal mandamiento, olvidándose de que la necesidad real se encuentra allá fuera, dónde Jesús solía encontrarse con el dolor y la necesidad de la gente.
Esto ocurre generalmente en ministerios que no han entendido el verdadero sentido del llamado de Dios. Muchos pensaron que porque eran buenos predicadores entonces debían abrir una obra, una iglesia, al poco andar se dan cuenta de que no logran tener cierto éxito en “su ministerio”, todo se les pone cuesta arriba. ¿Por qué?, porque no entendieron que Dios nos desafía y nos plantea metas para llegar a alguna parte, bajo una dirección, un propósito. Muchos querían ser pastores y el día que lo lograron se les terminó la meta y no hubo nada más para esa persona porque ya lograron lo que se propusieron, ser pastores. Así es como por mucho tiempo nos hemos equivocado y encontramos personas que debiendo ser arquitectos o ingenieros, abogados, técnicos, hoy son pastores. Dice el pastor Cash Luna: “No es tanto quien tú eres, sino ¿Qué haces?. Todos debemos ser honestos, íntegros, pero lo que nos pone una demanda, una motivación en la vida es el hacer algo. Si no tenemos un algo que hacer, entonces no tenemos una razón para un quién ser”. Resumiendo, en la vida más que querer ser algo o alguien debemos anhelar hacer algo, para cambiar nuestra sociedad, para afectar a nuestra generación, esto último provocará en ti y en mí el llegar a ser ese algo que Dios desea que seamos. Ese es el sentido de la palabra “Instruye al niño en SU camino”, así es, es el camino del niño, es su vida y el propósito que Dios ha puesto y dispuesto en su corazón para que este niño logre el anhelo de Dios. Cada uno de nosotros algún día comparecerá ante el tribunal de Cristo, algún día el Señor nos dará algún galardón, pero esto no será por quienes fuimos sino por lo qué hicimos con nuestros talentos, nuestros dones. Si no hacemos lo que Dios ha dispuesto para nosotros, Dios pondrá a otro para ocupar nuestro lugar.
El Apóstol de los gentiles, Pablo, cuyo nombre significa el más pequeño, tenía muy clara esta idea, y él dijo lo siguiente en su discurso de despedida en Mileto: Hechos 20:24 “Sin embargo, no estimo que mi vida sea de ningún valor ni preciosa para mí mismo, con tal que acabe mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” (Reina Valera actualizada).
Aquí podemos ver que Pablo, hace esta declaración de la cual entendemos que a él le sobro vida, aun no dejaba este mundo más su carrera por la cual fue llamado al servicio de Dios, ya la había terminado. Por lo tanto, el asunto primordial no es ¿Cuántos años vivimos?, sino ¿Qué hacemos? en los años de vida que el Señor nos ha dado.
En el pasaje de la segunda epístola escrita por el Apóstol Pablo a la iglesia ubicada en la ciudad de Corinto, él señala (2ª Cor. 11:7-11) 7¿Pequé yo humillándome a mí mismo, para que vosotros fueseis enaltecidos, por cuanto os he predicado el evangelio de Dios de balde? 8He despojado a otras iglesias, recibiendo salario para serviros a vosotros. 9Y cuando estaba entre vosotros y tuve necesidad, a ninguno fui carga, pues lo que me faltaba, lo suplieron los hermanos que vinieron de Macedonia, y en todo me guardé y me guardaré de seros gravoso. 10Por la verdad de Cristo que está en mí, que no se me impedirá esta mi gloria en las regiones de Acaya. 11¿Por qué? ¿Porque no os amo? Dios lo sabe. (Reina Valera 1960).
Pablo nació a principios del siglo (probablemente año 5 d.de JC.) en la ajetreada ciudad grecorromana de Tarso. Esta ciudad era renombrada por su intercambio comercial y su manufactura de tejidos de pelo de cabra, y aquí el joven Saulo aprendió a fabricar tiendas (Hechos 18:3) (Fuente Biblioteca mundo hispano), es decir, aprendió a trabajar, a ganarse el sustento al mismo tiempo en el cual ejercía el ministerio, puesto que sus ojos no estaban en los bienes materiales, sino en Cristo el Señor, autor y consumador de nuestra fe. Al respecto, le solicitaría amado(a) hermano(a) que no espiritualice tanto los hechos, cuando el Apóstol dice que debemos ser imitadores de él como él lo es de Cristo, es su deseo ser un conciliador y no un perturbador dentro de la iglesia, que la meta de todo creyente sea hacer todo lo posible por glorificar el nombre de Dios, con sus hechos, con su ejemplo, que si pedimos algo que los demás hagan, nosotros seamos los primeros en hacerlo (1ª Cor.10:31-11:1). 31Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. 32No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios; 33como también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.1Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.
Dice el libro de proverbios: De Jehová son los pasos del hombre; ¿Cómo, pues, entenderá el hombre su camino?”, es decir, El cristiano más infeliz es aquel que no ha entendido el propósito de su existencia en esta tierra (Prov. 20:24). A partir de esta tremenda declaración deseo vincular a esta afirmación una historia increíble, cuando la oí por primera vez me estremeció. Más allá de si es cierta o no, lo primordial es que por medio de ella puedo entender que no servimos a un Dios lejano, sino que tan cercano del corazón de su pueblo que éste último puede palpar dentro de si los efectos de su inmenso amor. Un amor tan grande que solo el amor de Dios puede generar tan grande devoción.
Cuenta la historia que un día el emperador Nerón dijo: "Echen a estos cuarenta cristianos al lago que está congelado", luego, un centurión les gritaba a estos cristianos: "¡Nieguen a Cristo, nieguen a Cristo!, y los dejaré salir", y ninguno negaba a Cristo. A la hora, uno de los cuarenta, agotado y extenuado de soportar tanto frío dijo, "niego a Cristo, niego a Cristo" y lo dejaron salir, ahora sólo quedaron treinta y nueve. La historia dice que un centurión se sacó las ropas, se sacó la armadura y tomó el lugar del número cuarenta. Los soldados lo miraron y le preguntaron: ¿por qué haces eso?, Y el centurión les dijo: "Por que nunca Nerón con toda su gloria ha logrado conseguir tanta devoción de sus seguidores, así que ahora dejo de servir al emperador y me pongo bajo los pies del nuevo Rey… Soy un guerrero que ha de morir por una buena causa", esto es lo que quiere decir “Seguir al Señor”.
¿Estaríamos dispuestos en el día de hoy a ponernos en el lugar donde otros han fracasado?, ¿Qué tal si Dios decide darnos un ministerio de Misiones?, ¿Sólo vamos a ir a aquellos países en los que se vive bien? – ese es el sentido de la historia del centurión, ser capaces de ir por la milla extra, de llegar a aquellos lugares en los que otros han fracasado, con el fin de cumplir ahí los planes que Dios ha trazado, para la Gloria de su Alabanza.
Volviendo al avivamiento de Gales, dice el Dr. Fernando Sosa que Evan Roberts fue uno de los jóvenes escogidos por el Espíritu Santo para ser un canal de bendición y avivamiento sobre Gales, un pequeño principado de las Islas Británicas, y así conmocionar al mundo de su tiempo. Una de las cosas que más ha maravillado de este avivamiento iniciado en 1904 es que fue con jóvenes y niños, tal vez el de más edad entre todos era el propio Evan Roberts, de solo 26 años.
Cuando tenía 13 años empezó a ir a las reuniones de oración, y por trece años no se perdió ni una de ellas, hasta que el Señor lo visitó. Dios le dio visiones y sueños. Uno de ellos era que 100.000 personas se volverían al Señor Jesús en arrepentimiento. En otra ocasión vería la boca del infierno tragando a miles, por lo cual oró al Señor pidiendo que por un año tapara la boca del infierno. Por los registros históricos tan impactantes en ese año, creo que Dios se lo concedió, agrega Fernando Sosa. Pero lo mejor de esto fue la visita que el Señor Jesús le hizo en varias noches: la gente veía luz en su rostro y temblor en su cuerpo por esta visitación.
Según se puede analizar, Evan Roberts concibió del Espíritu Santo. Tuvo tal conocimiento de la Tercera Persona de la Trinidad que grandes personajes de su tiempo viajaban para verlo y oírle predicar. No había ninguna organización: simplemente había dirección del Espíritu. Parecía que Él había venido sobre Gales y había tomado el control de ese país. Las reuniones duraban cuatro o cinco horas. La presencia de Dios era sublime y los grupos de oración estaban llenos, así como las iglesias.
Lo que sucede cuando hay un verdadero avivamiento
Lo extraordinario es que las cantinas cerraban por falta de clientes, quienes, arrepentidos de sus pecados, ya no asistían. Las cárceles quedaban sin presos porque no había delincuentes durante esos dos años que duró el avivamiento. Los estadios de fútbol quedaban vacíos porque los deportistas estaban predicando de Jesucristo en algún barrio. Algunos llamaron a este avivamiento «el Pentecostés más grande que Pentecostés». Amados hermanos, esto es a lo que me refiero cuando digo que esto es ver verdaderamente la gloria de Dios, no es un estado de éxtasis, no es que vino un viento y nos despeinó un poquito. Lo contrario, más bien se parece a toda enseñanza de Balaám que enseguida paso a explicar, pero antes deseo agregar lo siguiente sobre los buscadores de tesoros: Muchos pastores y lideres en un tiempo reciente han viajado a mas de algún lugar en dónde se sabe que la iglesia ha estado viviendo un período de avivamiento espiritual, muchos de estos lideres quisieron partir a dichos lugares pensando que en sus maletas se iban a traer de vuelta el tan anhelado avivamiento a nuestro país. Toronto, Pensacola, Cali – Colombia, han ido a diferentes lugares, pero se trajeron sus maletas vacías. Porque no entendieron que lo que Dios hace es levantar Toronto, levantar Pensacolas para que sepamos que en nuestra ciudad, nuestro país, también podemos tener un avivamiento. La iglesia debe de entender que el asunto no es dónde, sino “Quién” lo hace posible... solo Dios lo puede hacer, hemos ido en pos de los ungidos en vez de ir en pos del Ungidor. Cuando la iglesia verdaderamente vaya en pos de Dios, entonces y solo entonces, tendrá su Toronto, tendrá su Pensacola. Al respecto, recuerdo una frase de Claude Bernard, este dijo: “El que no sabe lo que busca no lo entiende cuando lo encuentra”.
Doctrina de Balaám
¿Cómo es esto de la doctrina de Balaám?, veamos Apocalipsis 2:14, Dios, corrigiendo a la iglesia en Pérgamo, declara, «Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaám, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación».
¿Qué es la doctrina de Balaám? – Básicamente significa que él hablaba de Dios, en nombre de Dios incluso de Cristo, pero sus profecías no eran correctas, no eran dadas por Dios. En Números capítulo 22 al 24, leemos como el rey moabita, Balac, intentó que Balaám maldijera al pueblo de Israel, para destruir su efectividad en la guerra. Sin embargo, Dios no le permitió a Balaám hacerlo. Pero en Números 25, leemos que los israelitas pecaron contra Dios y en consecuencia Dios los juzgó – miles murieron. ¿Qué originó esto?, Balaám quería que Dios se disgustara con el pueblo de Israel, por lo que le aconseja a Balac que tome algunas de las más hermosas mujeres de su reino para inducir a los hombres de Israel hacia prácticas inmundas e idólatras.
Balaám sabía que si los Israelitas adoptaban los caminos paganos, Dios no los bendeciría como lo había hecho. Y los Israelitas permitieron que los paganos los influenciaran, ¡en lugar de mantenerse firmes en la segura Palabra de Dios y Su Santa Ley!.
Satanás ha usado este truco una y otra vez. La iglesia en Pérgamo cometió «fornicación» espiritual permitiendo a la gente transigir la Palabra de Dios – permitiendo que se adopten ideas paganas dentro de la Iglesia. En 2ª de Pedro y Judas 11 hacen referencia también a gente que se rebeló contra Dios y son comparados con Balaám. Pero, ¿qué relación tiene esto con millones y billones de años?, Yo creo que Satanás ha usado el mismo truco en la iglesia de hoy, pues muchos líderes Cristianos han cometido una clase de «fornicación espiritual», comprometiéndose con el mundo y minando así la autoridad de la Palabra de Dios.
Recordemos aquella experiencia de David el cual llevo el arca de Dios y la puso sobre un carro nuevo, él quiso hacer las cosas a la manera Filistea, no como Dios deseaba que se hicieren las cosas, pagando un precio. Como enseñanza de esta acción nos queda entender que nuestros errores pueden llegar a conducir a la muerte a nuestra gente. (2a Samuel 6:3 y muerte de Uza 6:6).
¡Cuando Dios Habla es para que sea Escuchado! y haya un cambio en la vida de los hombres. (2ª Cor. 5:17), Dios no quiere y menos necesita una iglesia rebelde, cuya ceguera y sordera espiritual le son señales de rebeldía porque no se ha atendido a su Palabra. Cuando Dios habla es porque en su pueblo no hay PALABRA, (LO DAVAR en Hebreo significa lugar de No Palabra), un lugar donde la verdadera Palabra de Dios no se ha enseñado, no se ha entregado, o se ha modificado para suavizarla, Lo Davar lugar de incomunicación.
Así mis amados hermanos, el Señor nos está diciendo hoy “¡Conságrate por completo a MI!”. Dios está llamando a todo su pueblo a vivir enteramente dedicado a Él, Permite que el Señor se desarrolle en ti, que su Santo Espíritu, repose sobre ti y haga de ti una nueva persona, Sigue al Señor de todo corazón. Y no olvides que nuestros errores pueden llegar a retrasar los planes y propósitos de Dios generación tras generación hasta que Dios nos vuelva a poner en el lugar desde donde nunca debimos habernos movido. Él desea hacernos partícipes de su sabiduría y comprensión, de manera que podamos conocer los planes que Él tiene para nosotros, y vivir así en el centro de su voluntad.
Para terminar, quiero expresar que ser cristiano nunca estará ligado a una cosmovisión enajenada de cada una de nuestras culturas, las cuales dan hermosura y sabor a la vida de fe. Nunca el Señor estuvo tan cerca de nosotros como cuando Él siendo Dios, se hizo carne para vivir entre nosotros, asumiendo nuestra naturaleza, con todas nuestras debilidades, pero sin pecado. Es por esa razón que Jesús hoy nos demanda y nos recuerda que es muy necesario reconocer los factores que determinan lo que debe ser la Iglesia en su mover, en su actuar a la luz de las demandas que él nos plantea. Aún más cuando se asume que su modelo de vida cristiana es el único que puede ofrecer una esperanza al hombre que vive separado de Dios. Aunque si debemos tener muy presente que este modelo puede propiciar rechazo, no a Cristo ni a su causa, pero si al modo en que estamos entregando el mensaje y dando el ejemplo. Cuidémonos pues de no ser piedra de tropiezo para aquellos que vienen y a los cuales el Señor añadirá A Su Iglesia.
Recuerda que Jesús predicaba en las ciudades y enseñaba en la sinagoga. El propósito de la iglesia no es celebrar cultos, Dios tiene millones y millones de ángeles que le rinden culto y alabanza, la iglesia está para anunciar las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable - AMÉN.
Les ama en Cristo nuestro Señor,
Sergio Edo. Contreras Peralta
Santiago de Chile, 07 de Septiembre, 2007.
(*)Ética Cristiana y Educación Reformada, Rev. C. Stam - Texto copiado con permiso de El Clarín, finales de 1985, Volumen 35, No. 1 (1985-86) Discurso presentado a la Convención Canadiense de Maestros Reformados, en Burlington, Ontario, el Viernes 18 de Octubre de 1985.

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