martes, 23 de octubre de 2007

Anhelemos la Presencia de Dios


Hebreos 9:1-14


1
Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal. 2Porque el tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes de la proposición. 3Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar Santísimo, 4el cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto; 5y sobre ella los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio; de las cuales cosas no se puede ahora hablar en detalle.

6Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto; 7pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo; 8dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie. 9Lo cual es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, 10ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones (ceremonias), y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas.

11Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, 12y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. 13Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, 14¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?. AMEN.

Consideremos la Palabra de Dios...

I) El Culto de lo Judíos

- El Tabernáculo, cuando el Señor le habla estas cosas a los hebreos, ellos entienden perfectamente a que se refería con todos esos símbolos. El lugar santo, El lugar santísimo y dentro de este lugar, el Arca del Pacto. Dentro de ella habían tres cosas: El Maná, La Vara de Aarón que reverdeció y Las Tablas de la Ley o del pacto.

- Dios le dijo a Moisés, en el monte Sinaí, vas a levantar este Tabernáculo en medio del desierto. Cuando los Judíos oían esto, sabían perfectamente a que se referían con todos esos detalles que para nosotros son tan poco comprensibles. Dios no le dijo a Moisés vas a levantar este tabernáculo cuando llegues a la tierra prometida, donde fluye leche y miel, un lugar donde hay provisión abundante, sino que le pidió hacerlo en medio del desierto. Los Judíos tenían muy clara la concepción de lo que Dios les estaba pidiendo.

- Fue en este tabernáculo levantado en medio del desierto, donde Dios estableció la forma de adoración y en dónde El se revelaba a su pueblo. El cual una vez al año, en una fiesta solemne la gente confesaba sus pecados. Después de terminar la ceremonia con las ofrendas, el Sumo Sacerdote y solamente en este día del año entraba al lugar santísimo para derramar la sangre en el Trono de Gracia (Propiciatorio) en el Arca del Pacto. Era un día de humillación y de tremendo recordatorio de la santidad de Dios y de la pecaminosidad del hombre. (Día de la Expiación o Yom Kippur. Éste venia a ser como el día 10 de Tisri, más o menos como en Octubre de cada año).

- El velo en el lugar santísimo los separaba a ambos. La gente ayunaba desde la tarde del día nueve hasta la tarde del día diez. Esto les ayudaba a prepararse para una actitud correcta de su corazón hacia la penitencia y la fe. Este era el día más importante del calendario hebreo por el significado del ayuno. Por un sacrificio especial los pecados de todo el año eran cubiertos. La expiación era hecha por todos los pecados de la nación entera. (Levítico 16:16, 21, 30, 33), y el santuario (vv. 16-19, 33). El Sumo sacerdote hacia primeramente una expiación por sus propios pecados y los del sacerdocio (v. 3), y después eran sacrificadas dos ovejas como una ofrenda por el pecado (vv. 5-10). Aarón se lavaba y se vestía con la ropa del Sumo Sacerdote y después hacia una ofrenda por sus propios pecados y los del pueblo. (vv. 23-28). Los restos de los animales eran llevados a un campo afuera y quemados totalmente.

- Por lo tanto, los Judíos sabían perfectamente el significado concreto de lo que significaba pasar al altar del sacrificio o el altar de bronce, que no es otra cosa que el lugar donde se toma al animal y se le degolla, se le corta la garganta o el cuello a un animal. Cuando nosotros decimos: Yo quiero pasar al altar de Dios, estamos diciendo literalmente, yo quiero ir y morir a mi mismo para que sea yo muriendo y Cristo viviendo en mi.

- Igualmente el Día de la Expiación era una provisión temporal. Tenía que estarse repitiendo año tras año hasta que Cristo viniera e hiciera un perfecto sacrificio y quitara los pecados del mundo. Este sacrificio, el cual constituía solamente un símbolo del altar eterno y celestial de Dios. Hasta que Jesucristo entró en la historia como un sacerdote eterno para ofrecer un sacrificio eterno por el pecado. El derramamiento de su sangre proveyó de un sacrificio y de un vínculo permanente entre Dios y los seres humanos. Su sangre fue derramada no solamente en un altar terrenal, sino ante el verdadero altar de Dios en el cielo, donde obtuvo redención para el pecado de todos aquellos que le reciban como su Señor y Salvador.

- Referente al culto a Dios, es El mismo quien dicta los pormenores relacionados con el culto verdadero. El no acepta las invenciones religiosas ni el culto prestado según prescripciones humanas (Col. 2:20-23); tenemos que adorar a Dios de la manera indicada en su Palabra. En este tiempo de la gracia, cuando hablamos de Tabernáculo, estamos hablando de nuestra propia vida, porque estamos constituidos de cuerpo, alma y espíritu, exactamente como era el tabernáculo, el atrio, el lugar santo y el lugar santísimo. El cuerpo es con el cual nosotros nos saludamos, nos vemos y tratamos de preocuparnos de el, mantenerlo bien aseado y limpio, pero en nuestro interior, nuestro espíritu, muchas veces nos despreocupamos de esta parte mas interna donde están nuestros sentimientos, las emociones, los valores, aquellas cosas que nos mueven a ser lo que nosotros somos. El espíritu, donde Dios tiene acceso y en el cual nos toca y que muchas veces nos olvidamos y lo dejamos de lado. Ahí en el interior es donde deberían estar siempre presentes estos tres elementos, EL MANA, LA VARA DE AARÓN Y LAS TABLAS DE LA LEY.

II) ¿Qué era El Maná? (la provisión de Dios - Exodo cap. 16)

i) Era la provisión diaria de Dios para Israel (v.16:4), con el fin de que los hijos de Dios aprendiesen a depender totalmente de Dios y no de lo que les rodeaba, el desierto donde solo habían piedras, sequedad y soledad, arañas, escorpiones, serpientes venenosas. Es ahí donde Dios quería que levantaran este tabernáculo, porque quiero que aprendas a depender de mi.

ii) Cada Jefe de familia debía levantarse muy temprano para buscar el MANÁ diario.

iii) Debía ser recogido cada día, no debían recoger ni más ni recoger menos, la cantidad necesaria para cada día.

iv) El Maná es la certeza de que Dios provee en medio de nuestro desierto.

v) El Maná es la prueba de que en los cielos se gesta la misericordia de Dios para con su pueblo, por lo cual debemos alzar nuestros ojos al cielo cada día.

vi) El maná era un milagro diario, durante cuarenta años tuvieron este milagro y aun así no creyeron y se revelaron contra Dios.

vii) En una cultura como la nuestra, dependemos todo el tiempo de otras cosas: nuestro sueldo mensual, nuestra Cta. Cte., las tarjetas de créditos. Pero Dios no quiere eso de nosotros.

viii) El maná viene a representar la comunión íntima con Dios que necesitamos buscar cada mañana. ¿Cómo está la comunión diaria de tu espíritu, con el Espíritu Santo de Dios?. Es que cada día te levantas muy de madrugada, cuando tu esposa y toda tu familia aun duerme a pedirle a Dios la provisión diaria. Dice la Biblia que el Maná había que recogerlo muy de mañana, porque con los rayos del sol éste se deshacía.

ix) ¿Qué es lo que nos pasa cuando comenzamos a llorar de felicidad, cuando tenemos visiones del futuro, cuando nuestro cuerpo es sacudido por 3.000 voltios de electricidad, cuando comenzamos a hablar en otras lenguas que ni aun nosotros entendemos? – Lo que está pasando es que estas tomando de tu porción diaria de maná… y éste es personal, nadie te puede convidar, tú lo debes buscar en Dios, tienes que recoger tu maná cada día de tu vida, buscarlo continuamente.

Cuando no hay maná en tu casa, en tu vida hay solo problemas, rebelión de los hijos, violencia, separaciones, divorcios…conflictos – falta de presencia de Dios en tu hogar.

III) La vara de Aarón que Reverdeció (Num. cap. 17)

i) Debido a una rebelión (CORE – Números cap. 16), los hombres santos de cada tribu de Israel, jefes que poseían autoridad de una parte del pueblo, se rebelaron ante la autoridad impuesta por Dios, Moisés y Aarón. Quisieron darle un golpe de estado a Moisés.

ii) Para disipar toda duda, Dios les hace una prueba a cada jefe de tribu. Cada una de ellas debía entregar una vara con el nombre de su jefe representando a su tribu. Y la vara que reverdeciese esa era la tribu en la cual Dios tenía complacencia para representar su autoridad. Así la tribu de Leví entrego una vara de almendro con el nombre de Aarón, esta fue la que reverdeció al día siguiente, y no solo reverdeció, sino que produjo almendras. Todos, los doce que se presentaron, todos ellos eran autoridad en medio de su pueblo, pero solo uno era del agrado de Dios, ya que Aarón era autoridad bajo la autoridad de Moisés. Aarón dijo: “Yo me someto bajo la autoridad que Dios me ha puesto”. Los otros eran autoridad, pero una autoridad fuera de lo que Dios había establecido para su pueblo Israel.

iii) En Jeremías 1:11 en el llamado de Jeremías, él ve una vara de almendro y Dios le dice: “Bien has visto; porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra. He aquí yo estoy apresurado para hacerles saber lo que viene por delante…” para muchos que han tenido autoridad, pero que se salieron de esa autoridad y hoy se sienten despojados.

iv) Sin la autoridad de Dios, hay crisis en el hogar y en nuestras vidas, el enemigo acecha y no tenemos como hacerle frente. Se pierde autoridad cuando en el matrimonio hay violencia, infidelidad, cuando se cae en alcoholismo, en la droga, cuando no hay presencia de Dios cada día.

v) ¿Cómo está mi autoridad?... FALTA LA VARA DE AARÓN.

vi) Debemos anhelar ser una iglesia que tenga la vara de Aarón en sus manos, con la autoridad de Dios, para atender las necesidades de la gente, de los niños, de los jóvenes, de los matrimonios, de los ancianos. Cuando hay autoridad, Satanás no nos puede tocar.

IV) Las Tablas de la Ley.

i) Ningún capítulo de la Biblia resalta tanto la Palabra de Dios como el Salmo 119. Este es el más largo y elaborado de los salmos, pero también el menos leído. En el se exalta la importancia de la Palabra de Dios.

ii) El pueblo es como la hierba del campo que perece, más la Palabra de Dios es eterna, permanece para siempre. (Isaías 40:8).

iii) No hay salud ni crecimiento en la vida cristiana si no se establece claramente la prioridad de la Biblia en la vida de cada creyente.

iv) La Palabra de Dios imparte nueva vida en donde el hombre, por su naturaleza, solo siembra muerte y destrucción espiritual. (1ª Pedro 1:23).

v) Mucha gente, especialmente la juventud, se preocupa por resolver ciertas interrogantes en cuanto a su vida. Muchos se preguntan: ¿Qué será de mi vida? ¿Cómo la voy a pasar? ¿Llegaré a ser una persona exitosa y feliz en el mundo? Estas y muchas más son preguntas que surgen en la mente de casi todo ser humano. Pero el salmista formula una pregunta mucho más interesante. El se pregunta: "¿Con qué limpiará el joven su camino?" Le preocupaba averiguar cómo vivir una vida limpia en un mundo tan perverso. Y la respuesta es aun más sencilla, “Con guardar Tu Palabra”. Salmo 119:9-11.

V) Conclusión.

¡Cuando Dios Habla es para que sea Escuchado! Y haya un cambio en la vida de los hombres. (2ª Cor. 5:17), la ceguera y la sordera espiritual son señales de rebeldía porque no se ha atendido la Palabra de Dios. Cuando Dios habla es porque en su pueblo no hay PALABRA, LO DAVAR (Heb. No Palabra) un lugar donde la verdadera Palabra de Dios no se ha enseñado, no se ha entregado, no hay comunicación.

Y la Palabra de Dios, hoy nos invita a reconocer que Jesucristo, El es el Verbo, la Palabra de Dios hecha carne y que debemos reconocer su autoridad y señorío en nuestras vidas, porque él es el sacrificio perfecto para la redención del hombre.

El Evangelio de Juan 1:12 dice: 11A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. 12Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.

DEBEMOS RECIBIR A JESUS COMO SEÑOR Y SALVADOR.

AMEN.


Sergio E. Contreras Peralta.

11 de Marzo de 2007

Sermón realizado tomando algunas ideas del Pr. Guillermo Esquivel – Igl. Southern Land Christian Centre Inc. (Assemblies of God Church) Dandenong, Melbourne – Victoria – Australia.


1 comentario:

Daniel dijo...
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